Este hábito es muy peligroso y no solo por un motivo, sino por muchos.
Si no te ha ocurrido este verano, seguro que sí te ha sucedido a lo largo de otros viajes o vacaciones: llegas a casa, y por el habitáculo del vehículo quedan botellas de agua que son el resultado de la hidratación durante largas horas de recorrido en coche. Es un hecho absolutamente normal y que en ocasiones terminan por permanecer allí durante muchos días a la espera de la limpieza profunda del coche o por quedar ocultas bajo los asientos o en guanteras. Pues bien, que sea lógico no significa que esté exento de riesgo.
Sin necesidad de ser alarmistas, hay que saber que las botellas de agua en el interior de los coches pueden llegar a ser muy peligrosas. Y por muy diversos motivos. Uno de ellos, obvio, es que al olvidar la botella con el coche, especialmente si aún contiene líquido, puede terminar rodando al volver a estar en circulación, convirtiéndose, en caso de frenazo brusco o colisión, en un peligroso “proyectil” que puede dañar a los pasajeros. Ya sabes que la carga y los objetos siempre deben estar muy bien sujetos en el habitáculo del coche.
Otro motivo importante por el que puede resultar peligroso tener botellas de agua en el interior de los coches durante día tiene que ver con la posibilidad de coger una infección si vuelves a beber. Aviso aquí importante sobre todo para los niños, que son muy propensos a realizar esta acción sin tener consciencia de sus consecuencias. Y es que, al estar la botella en un coche completamente cerrado, cualquier microorganismo que haya entrado en contacto previamente con el agua puede reproducirse días después de forma rápida y terminar generando alguna infección.
Además, y ligado también a este motivo, hay que advertir que las botellas de plástico no deben tampoco rellenarse continuamente. Cada vez más fabricantes alertan en su etiquetado de “No reutilizar” la botella, ya que, del mismo modo que antes, esta acción puede provocar la multiplicación de bacterias. Un estudio advirtió hace unos meses que una botella reutilizada muchas veces puede llegar a contener 100 veces más bacterias que la taza de un inodoro. Sí, como suena. Y pueden transmitir enfermedades.
Pero, por si no te vale ya con estos dos motivos de peso para vigilar que no queden botellas de agua usadas en el interior de tu coche, ahí va un tercero aún más sorprendente pero incluso más peligroso. El cuerpo de bomberos de Oklahoma, en Estados Unidos, advirtió hace ya unos meses, con vídeo incluido, de la posibilidad de que una botella de agua abandonada en el interior de un coche pueda terminar generando un incendio muy difícil de sofocar.
El motivo es que la botella puede generar un “efecto lupa” junto a la tapicería del coche, las alfombrillas o cualquier otro material inflamable que haya en el habitáculo. Este cuerpo de bomberos emitió el aviso tras comprobar uno de sus trabajadores cómo un día empezaba a salir humo del asiento del copiloto, que incluso ya tenía dos agujeros creados debido a esta circunstancia.
Debido a ello, el cuerpo de bomberos decidió hacer un experimento para demostrar este peligro, advirtiendo cómo la botella puede llegar a ejercer de lente capaz de concentrar la energía del solo en un único punto. De este modo, que solo debería ocurrir en botellas redondas, que estén con bastante agua en su interior y a través de la que la luz incida entre el líquido y el plástico en ángulo recto, pueden llegar a superarse hasta los 400 grados de temperatura. Vale, no es sencillo que ocurra, pero si no te crees que pueda llegar a suceder, no te pierdas el vídeo que verás sobre estas líneas.
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Fuente de la noticia: autopista